Débora Kaori Nishimoto y la comunión con la naturaleza a través de sus Ikebanas
“En términos técnicos, el ikebana es un arreglo floral japonés que tradicionalmente se hacía como ofrenda y que refleja la comunión de la cultura japonesa con la naturaleza (…) En términos míos, el ikebana es el arte de lo efímero, de la belleza de la imperfección (wabi-sabi), es el reflejo del sentir del ikebanista”
Me llamo Débora Nishimoto. También me llamo Kaori, el nombre que eligió mi abuela japonesa. Significa aroma, fragancia, perfume. Hace unos años perdí el olfato. Desde ese día busco y me invento aromas en todos lados: en las flores, en la cocina, en las personas, en los libros, en la tierra, en mí.
Soy actriz, soy cocinera vegana, soy piscis-libra-libra. Soy nikkei. De chica (y no tan chica) me daba verguenza mi identidad japonesa y mi apellido tan resonante. Hoy lo llevo en alto, lo abrazo y lo lleno de besos.
Bailo todos los días. Extraño mucho ir a fiestas y bailar hasta que no me den más las piernas. Tengo grandes conversaciones con mi gata. Creo que soy muy buena haciendo lipsyncs pero aún nadie descubrió mi talento. Me gusta imitar acentos, tomar café sola y leer poesía en voz alta. Mis escritores preferides son Casas, Carver, T S Eliot y Lispector. Puedo pasar de escuchar un techno muy oscuro a los Backstreet Boys sin escalas.
Realizo ikebanas desde hace unos años por puro placer. No trabajo con eso, solo lo disfruto, transmito y creo conexiones. Durante el encierro subí unas stories diciendo que había hecho un ikebana con lo poco que encontraba en las florerías de mi barrio y ahí me escribieron Solange (@herederadelsol) y Lucas (@delta.boutiquedeflores) ofreciéndome las flores que traían del mercado. Con Sol hice muchos canjes de flores por la comida que cocino. Las flores más increíbles y voluptuosas que vi.
“En la cultura oriental, se percibe de manera diferente la belleza. Lo bello no es lo fijo, sino lo fugaz, lo transitorio. Lo bello no es la presencia total y asertiva sino algo menos explícito, más esquivo”
¿Qué es el ikebana?
En términos técnicos, el ikebana es un arreglo floral japonés que tradicionalmente se hacía como ofrenda y que refleja la comunión de la cultura japonesa con la naturaleza. Hay diferentes tipos y reglas. En varios estilos se clavan las flores en un "kenzan" (una base llena de pinches) que las mantiene erguidas. En términos míos, el ikebana es el arte de lo efímero, de la belleza de la imperfección (wabi-sabi), es el reflejo del sentir del ikebanista. Podés transmitir nostalgia, felicidad, energía. Me parece atrapante la exuberancia de una flor que al día siguiente ya puede haber perdido sus pétalos. La belleza de una hoja que cae por su propio peso después de unos días. Los ikebanas tienen una duración corta y son muy delicados. Eso me fascina: la impermanencia, la fugacidad.
¿Cómo fue tu primer acercamiento a este arte?
Cuando visité Japón más de chica fui a muestras de ikebana en templos y me quedaba horas. A mí todo lo que tenga que ver con la estética, con lo venusino, con "lo bello" me hechiza rápidamente y no puedo dejar de mirar. En la cultura oriental, se percibe de manera diferente la belleza. Lo bello no es lo fijo, sino lo fugaz, lo transitorio. Lo bello no es la presencia total y asertiva sino algo menos explícito, más esquivo. Ese tipo de belleza más misteriosa es la que me convocaba y me hacía sentir algo muy fuerte en el cuerpo. Yéndome un poco a la cultura pop, siempre recuerdo la escena de Scarlett en Perdidos en Tokio en la que se cuela en una clase de ikebana y una maestra, sin hablar, la ayuda a clavar una flor en un arreglo. Hay algo de ese silencio y observación que me convoca. Sucede en muchas de las artes japonesas (la ceremonia del té por ejemplo): la idea de ritual y su necesario tiempo de silencio y contemplación.
¿Tenés alguna anécdota de cuando tomabas clases o recién empezabas?
Sí, después de mucho averiguar en todos lados daba clase la misma profesora viejita así que fui con ella. En la primera clase yo esperaba que nos contara el significado poético del ikebana pero ella era muy práctica y terrenal. Me corregía mis arreglos porque estaban "desequilibrados" y para ilustrarlo me decía "es como ponerse un aro en una sola oreja". Y yo para mis adentros pensaba que siempre uso un solo aro gigante en una oreja y que lo que me gustaba era justamente ese "desequilibrio".
“¿Por qué siempre presenciamos una obra acabada? ¿Por qué en las muestras de ikebana solo vemos el arreglo final estático? Me parece mucho más atrapante ver al ejecutante probar, retractarse, decidir, componer en vivo”
¿Cómo es tu proceso de selección de flores?¿Existen algunas que sean mejores para realizar esta práctica?
Me atrae mucho el color en la vida en general (mis platos de comida, mi ropa están llenos de color) y obviamente que sean estacionales, que reflejen el momento del año en el que estamos. Es mejor que tengan un tallo firme y que no sean tan frágiles para manipiular pero igual ahí también está la aventura: tener la delicadeza suficiente para trabajar con algo tan sutil.
¿Para comenzar con un nuevo ikebana elegis una paleta de color en particular?¿Priorizas las texturas?
¿Existen bocetos de lo que querés lograr con cada nueva pieza o se trata de algo más intuitivo?
No suelo hacer bocetos pero sí lo imagino en mi mente en base a colores, alturas, texturas. Pienso primero en qué quiero resaltar, cuál va a ser la flor/hoja que va a tener el rol protagónico y cuáles van a tener rol secundario. Después me dejo llevar por la intuición. En clase aprendí arreglos que tienen toda una técnica de centímetros, grados de inclinación del tallo, cantidad de flores. Estuvo bien como base pero no me interesa hacer algo tan estructurado. Es improvisación e imperfección lo que busco.
¿En qué consisten las performances de Ikebana?
Una amiga muy increíble, Hef Prentice, que es fotógrafa (entre muchas otras cosas), trabaja con flores en sus fotos y un día me propuso hacer una performance de ikebana para la presentación de un video suyo. Me pareció hermosa la propuesta porque vengo trabajando en estos últimos años con la creación en vivo. En teatro actúo en una obra que se va creando en el momento bajo la dirección de un director en escena y esto me parecía parecido. ¿Por qué siempre presenciamos una obra acabada? ¿Por qué en las muestras de ikebana solo vemos el arreglo final estático? Me parece mucho más atrapante ver al ejecutante probar, retractarse, decidir, componer en vivo. Como ver el trajín de una cocina antes de que tu plato llegue perfecto a la mesa. Así que lo hicimos dos veces, para el solsticio de verano y para el comienzo de la primavera. Tuvo lo que suelen tener las performances: el presente con el público observándote, la pérdida de sensación del tiempo. Realmente entré en un trance y me entregué.
¿Qué enseñanzas de vida te trajo trabajar tanto con el equilibrio, la armonía, esta idea de cielo/ hombre/ tierra?
Me recuerdan la importancia de la contemplación, la paciencia y la comunión con la naturaleza. Yo tengo sangre japonesa pero viví toda mi vida en una ciudad occidental y apurada. Y por ende llevo esa mezcla de orientalidad y porteñismo que a veces se inclina más hacia un lado que el otro. El contacto con lo natural es esencial en la cultura oriental pero viviendo en el asfalto a veces lo olvido y prácticas como estas me ayudan a recuperarlo.
Trabajar con la paciencia que requiere un arreglo me permite llevarlo a otros momentos de mi vida, a desautomatizarme y parar un segundo.
La armonía y el equilibrio creo que nacieron conmigo. Me lo dijeron siempre en muchas cosas que hago pero no es algo que trabaje conscientemente. En mi carta natal están muy presentes por mi ascendente y luna en libra. Tal vez es eso, toda mi vida se basa en cosas que tal vez parecen opuestas pero que logro armonizar. Fiestas y tranquilidad. Trabajo y ocio. Silencio y música al palo. Mucha vida social y cada tanto soledad.
¿Qué le recomendarías a alguien que quiere aprender a hacer Ikebana? ¿Hay algún lugar en Capital Federal que nos recomiendes para empezar?
Recomendaría empezar con clases en algún instituto japonés para tener una base y después largarse a leer y observar en libros, Internet. Yo soy así, más freestylera pero con constancia. Tal vez a otra persona le sirva tener muchas clases y obligarse a ir porque sola no lo haría. Como con la cocina, voy probando y dejándome llevar por la intuición. La curiosidad y el atrevimiento son claves en todo para mí. Si veo una flor que nunca vi en mi vida la quiero. No sé qué voy a hacer con ella pero después voy viendo. No me gusta trabajar con lo conocido. Me gusta el misterio.